jueves, 11 de agosto de 2011

No dejes que la ansiedad te atrape

No dejes que la ansiedad te atrape... Reaccionar con ansiedad ante una situación es una respuesta emocional lógica y natural, tanto como puedan serlo la alegría, el enfado, la tristeza o el miedo.

A continuación, No dejes que la ansiedad te atrape:
Todas ellas provocan una perturbación en nuestro estado de ánimo, y se acompañan de alteraciones físicas, a veces muy intensas.
La ansiedad, en concreto, es una emoción presente en todos los seres humanos, que resulta muy útil, pues nos pone en alerta frente a una posible amenaza y nos sirve para adaptarnos al medio.
Sin embargo, suele vivirse como una experiencia desagradable y llegar a convertirse en enemiga cuando se desborda y genera trastornos físicos y psicológicos importantes (sudoración excesiva taquicardias, tensión mus cular, problemas respirato ríos, mareos, alteracione digestivas o del sueño, etc.
Más del 10% de la población llega a sufrir algún trastorno de ansiedad en algún momento de su vida y, a pesar de que antes se consideraba como una patología leve dentro de las enfermedades mentales, ahora los psiquiatras advierten de que se trata de un trastorno que puede llegar a convertirse en severo si no se presta atención a sus síntomas, no se diagnostica de forma precoz y se trata.
La aparición de la ansiedad tiene un componente genético, que hace que una persona esté más predispuesta a sufrirla.
Sin embargo, también puede tener su origen en una experiencia externa traumática: el estrés continuado provocado por el ritmo de vida; una pérdida personal o laboral; un suceso impactante.
A menudo se presenta ligada a la depresión. Pero cada persona, ante una misma situación, reaccionará de formas diferentes si algo le causa ansiedad.
Existen, por tanto, variadas respuestas: activa (consiste en encarar la situación que nos produce ansiedad); pasiva (le damos vueltas a la situación causante, lo comentamos con otras personas pero no hacemos nada); de evitación (nos auto-convencemos de que "no pasa nada").
El enfrentamiento de la situación puede estar dirigido a cambiarla con hechos o bien a reducir la emoción, es decir, si alguien habla mal de nosotros, podemos hablar sinceramente con él, o bien intentar que su opinión, simplemente, no perjudique nuestra autoestima.
La clave para superar estos estados ansiosos y evitar que se conviertan en algo patológico radica en poner en práctica estrategias más bien psicológicas, de mentalización y toma de conciencia de aquello que provoca este estado, cómo encararlo... pero también se basa en ordenar nuestros hábitos y nuestro entorno.
En efecto, consejos tales como mantener una buena organización de nuestros asuntos, horarios...; disfrutar de períodos regulares de verdadero descanso (fines de semana, vacaciones...); llevar una buena dieta; conservar relaciones sociales y familiares sanas y placenteras; dedicar unos minutos al día a la práctica de ejercicio físico (por un lado) y relajación (por otro)...
En efecto, las terapias alternativas juegan un papel importante en el tratamiento de la ansiedad: los masajes, la meditación, la aromaterapia, el yoga, etc. son técnicas muy eficaces que contribuyen a recuperar nuestro equilibrio físico y mental, y disfrutar de los tan necesarios momentos de relajación.
Ser conscientes de lo que nos causa ansiedad e intentar ponerle remedio evitará que ésta derive en otros trastornos más graves, como la fobia social, pánico, trastorno obsesivo-compulsivo.
Es importante, por tanto, intentar solucionar este trastorno cuando reconozcamos alguno de sus síntomas, pues es bastante habitual que una persona arrastre este trastorno durante uno o dos años sin que se le llegue a identificar como ansiedad.
Además, este trastorno se considera una dolencia crónica que llega incluso a incapacitar para la vida laboral a quien la padece.